PAN CON HARINA DE CENTENO Y PIPAS

Ayer por la mañana subimos a Santa Cruz por primera vez desde antes de las Navidades. En principio teníamos otro plan, que era salir a dar una vuelta a la isla en moto con un grupo de moteros del norte (como siempre, todas las salidas son desde el norte) … pero a la hora de levantarnos nos pudo la pereza y la vagancia… Ha sido una lástima, porque hoy ha hecho un día realmente bonito. No había ni una sola nube en el cielo, el mar estaba tranquilo como un plato, y hacía una temperatura primaveral. Es decir, que una vez más, nos hemos vuelto a perder un día genial para dar una vuelta en moto.

Al llegar a casa por la tarde, con la sensación de haber malgastado el día, Antonio ha decidido unilateralmente que ya era hora de quitar la decoración de Navidad. A mí me ha dado pena, ya que este año nos hemos retrasado mucho en colocarla, y apenas la hemos tenido desde el día de Nochebuena (A mí me gusta colocar los adornos antes, sobre el 7 de Diciembre) por eso, mientras estaba quitando los angelitos, las galletas de jengibre y las bolitas del árbol he tenido un pequeño momento de angustia… me he puesto a pensar lo rápido que se pasa el tiempo y lo poco que lo disfrutamos…. Que se acaban de pasar las Navidades y que ya estamos pensando en el Carnaval, Semana Santa, el verano. En fin.

Después de este momento de agobio, me he puesto a ordenar la mueble de estanterías en donde tengo “mis tesoros” todos los libros de cocina, fotografía, y gatos. He comprado tantos últimamente que casi se me habían olvidado algunos de ellos. Me he propuesto, que de momento no voy a comprar más… (A menos que encuentre alguno sin el que no pueda vivir!!!) aunque todavía tengo pendiente el recibir dos libros que compré en Amazon.com hace casi una mes, el “How to be a Domestic Godess” de Nigella Lawson y el “Whole grain breads” de Peter Reinhart que todavía no me han llegado (y me estoy empezando a preocupar por ellos).

Mientras los ordenaba, estuve rebuscando entre los libros alguna receta para hacer sobre la marcha y tratar de calmar mi ansiedad. Un “comfort food” que dicen los anglosajones, que se podría traducir por comida reconfortante, una medicina universal, una especie de cataplasma culinaria…… (Me quedo con la versión en inglés) pero no me encontrado lo suficiente deprimida para pecar. Me apetecía hacer unos muffins de triple chocolate, pero en esta situación hubiera sido peor el remedio que la enfermedad, ya que el cargo de conciencia que me hubiera dado después de haberlos comido, me habría hundido en un pozo sin fondo el resto del fin de semana….Así es mi vida….comer, no comer, esa es la cuestión.

Por eso me decidí hacer un tuneo de la receta del pan de molde que hago normalmente, que me produciría placer inmediato, y que me podría comer (sin cargo de conciencia) durante toda la semana. A la harina de fuerza le añadí 100 gr. de harina integral de centeno y 100 gr. de preparado de pan integral, un restito que me quedaba de un paquete. El pan ha resultado delicioso, pero debido a mi “desequilibrio emocional transitorio”, lo dejé levar demasiado y no le pude poner la tapa al molde… por lo que me ha quedado un pan con tres montañitas. Muy mono.

INGREDIENTES:

280 gr. de agua mineral
40 gr. de leche en polvo
25 gr. de levadura prensada
50 gr. de aceite de oliva
20 gr. de miel
1 huevo
420 gr. de harina de fuerza
100 gr. de preparado para pan integral
100 gr. de harina integral de centeno
10 gr. de sal
60 gr de pipas de girasol

PREPARACIÓN:

· Calentar el agua y la leche en polvo 2 m, 37º, vel. 2.
· Agregar la levadura y mezclar unos segundos a vel.2 hasta que esté disuelta.
· Incorporar el huevo, el aceite y la miel y mezclar 15 seg. Vel 2.
· Añadir los tres tipos de harina, las pipas al gusto y la sal, batir 20 seg. vel 6.
· Amasar 2 min. en velocidad espiga, vigilando de que la masa se despegue completamente de las paredes del vaso. De no ser así continuar incorporando harina a cucharaditas hasta que lo consigamos.
· Poner la masa en un bol cubierta con un paño de cocina en el horno apagado pero previamente precalentado a 50º.
· Dejar que leve aproximadamente 45 minutos
· Poner la masa sobre la encimera y amasar a mano un ratito.
· Dividir la masa en tres porciones iguales.
· Estirar cada una de las porciones hasta formar un rectángulo del ancho del molde en el que vamos a hornear el pan.
· Enrollar las tiras y ponerlas en un molde recubierto de papel sulfurizado.
· Dejar levar hasta que cubra casi todo el molde, tapado con un paño de cocina.
·Tapar el molde (*) e introducirlo en el horno previamente calentado a 180º durante aproximadamente 40 minutos.
· Pasado este tiempo abrir la tapa, y si al golpear el pan con los nudillos suena a hueco lo desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla para que no se humedezca.

Cuando el pan esté totalmente frío, podemos cortarlo en rebanabas y meterlo al congelador en un bolsa. Cuando lo necesitemos solamente tendremos que ponerlo un par de minutos en la tostadora y estará como recién hecho.

(*) Hoy se me olvidó que tenía el pan levando y cuando le fui a poner la tapa , era demasiado tarde.. así que lo dejé destapado………