VIAJE A LONDRES (I)

Ya estaba deseando publicar nuestro viaje a Londres, así también puedo recordar los buenos momentos que pasamos. En este relato ni incluyo todo lo que vimos, ni por supuesto visitamos todo lo que hay, porque en una semana no da para más, y en realidad si contamos el día de ida y de vuelta, solo tuvimos 5 días completos. No nos importa demasiado, ya que estamos preparando la próxima visita a Londres.

Como estoy “muy mayor” para soportar madrugones y vuelos nocturnos, salimos de Tenerife a las 3 de la tarde. Aterrizamos en el aeropuerto de Gatwick cuatro horas más tarde. Como sigo estando muy mayor para pelearme con las maletas en el metro y en el tren, concerté con antelación un traslado en taxi con un simpático eslovaco que hablaba español perfectamente ya que vivió en Tenerife durante unos años (si a alguien le interesa su dirección de correo que me la pida). Noventa minutos después habíamos llegado a nuestro destino en Jermyn Street, el Hotel Cavendish, en pleno corazón de Mayfair paralelo a Picadilly.

El Hotel Cavendish es un clásico de la hostelería londinense, y a pesar de estar totalmente reformado, se encuentra en la ubicación original del hotel adquirido en 1902 por Rosa Lewis, también conocida por el sobrenombre de “ La Duquesa de Jermyn Street”. A través de su página web, conseguimos un precio especial al hacer una reserva anticipada. Con lo del precio especial, no me refiero a un precio barato, ni mucho menos, pero me lié la manta a la cabeza “por que yo lo valgo”, además si no hacemos estas locuras ahora que podemos ¿qué nos queda, no?. A la llegada tuvimos la suerte de conseguir un “upgrade” gratuito a una habitación tipo superior. Situada en un piso alto nuestra habitación era enorme y moderna. Incluía una televisión de 32’’ con pantalla plana, equipo de música, plancha y tabla de planchar, y lo más importante para las mujeres, un secador en condiciones. Un minibar con todo lo que se puede imaginar y facilidades para hacer te y café. La enorme y comodísima cama, te abrazaba después de un largo día de caminata. El precio incluía el desayuno. Un estupendo buffet con todo tipo de frutas frescas, quesos, y embutidos incluyendo salmón ahumado. No pude evitar tomar un Full English breakfast ( huevos revueltos, alubias con tomate, salchichas y bacon) todas las mañanas, con tostadas, zumo de naraja natural y, cómo no, mi taza de té con leche…. sí,sí, todo muy British!!. Esto nos daba energía hasta por lo menos las tres de la tarde.

Jermyn Street es una prestigiosa calle comercial situada justo detrás de Picadilly, y apenas a un par de minutos caminando de Picadilly Circus. Picadilly Circus es uno de los cruces con más movimiento de mundo. Su punto central es la estatua de Eros, pero también es famosa por su letreros de neón que aparecieron por primera vez aquí en 1910. La entrada principal del hotel da a una de las cafetería del famosísimo “Fortnum & Mason” un enclave para cualquier “foodie” que se precie. Sus maravillosos escaparates, cada uno con un tema, y con una ambientación musical diferente hacen las delicias de todos los que pasan por delante.

Nuestros días comenzaban muy temprano, no había tiempo que perder, y además a las 4 de la mañana era totalmente de día, así que las 7 ya era casi imposible aguantar en la cama. Por lo general estábamos saliendo el hotel a las 9 de la mañana.

Nos sacamos una tarjeta de transporte llamada Oyster Card. La compramos solamente para las zonas 1 y 2 para utilizar durante 7 días. Estas tarjetas las venden en las ventanillas del metro, y cuestan 25 libras, más un depósito de 3 libras, que te devuelven el ultimo día cuando devuelves la tarjeta y su fundita. Esta tarjeta se puede utilizar tanto en los buses como en el metro, dentro de las zonas para las que está habilitada. En el metro hay que pasar la tarjeta tanto al entrar como al salir, pero es muy práctico ya que no hay que sacarla de su funda, simplemente se pasa por delante de unos lectores amarillos que hay delante de los tornos de acceso y salida. En los autobuses tan solo hay que pasar la tarjeta a la entrada. Es conveniente evitar la hora punta por la mañanas, ya que puede ser un infierno, y además a partir de las 9.30, es comodísimo viajar en metro.

El primer día, lo dedicamos a conocer la zona. Caminamos hasta Picadilly Circus continuamos por Theatreland, Shafesbuty Avenue, Chinatown, Charing Cross Road, y llegamos a nuestro primer destino. Denmark Street es una pequeña y estrecha calle, imprescindible para todos aquellos interesados en la música. La calle contiene la mayor concentración de tiendas de música de Londres, además en algunos de sus sótanos tocaron y grabaron, en su época, gente tan importante como The Beatles, Rolling Stones, Jimmy Hendrix y los Sex Pistols, de hecho éstos últimos vivían sobre el estudio de grabación en el número 6. Hay infinidad de tiendas de instrumentos musicales y partituras e incluso tiendas especializadas en maravillosas guitarras vintage.

Por la tarde nos dimos un paseo por la famosísima Carnaby Street que da nombre a una zona comercial, dedicada a la moda y complementos en el Soho. Esta calle se hizo popular en los años 60, por los Mods ( Modernistas), seguidores de los Rolling Stones o Los Beatles que hacían sus compras es esta zona. Se encuentra situada por detrás de Liberty (Regent Street con Great Malborough Sreet), que son unos exclusivos grandes almacenes fundados en 1875. Lo que llama la atención es que es un precioso un edificio de falso estilo Tudor y que se especializa en artículos de lujo. Aunque no vayamos a comprar nada, merece la pena entrar para echar un vistazo, imaginar que lo podemos comprar todo y contemplar su precioso patio interior.

En el Soho, hice mis primeras compras de “potingues” en el Space NK, situado en el 10, Broadwick Street, es una conocida tienda de cosméticos donde por fin pude hacer acopio de productos de Nars, Laura Mercier, Kiehl’s y Shu Uemura. Y hablando de cosméticos en el Soho también hay un Mac Pro y en el Boots de Picadilly Circus (que abre hasta medianoche), hay stands de Benefit, Too Faced y Urban Decay. También en todos los grandes almacenes hay stands de cosméticos, con mucha más variedad y cantidad.

El jueves habíamos quedado a las 10 con Joana. Nos iba a acompañar a ver el cambio de guardia a Buckingham Palace. Al verla salir del metro, me pareció que la conocía de toda la vida, y nos reconoció de inmediato porque según ella teníamos “pinta de españolitos”……jijiji. Tras un paseito de 10 minutos llegamos a Buckingam Palace, pero desgraciadamente aunque el cambio de guardia comienza a las 11.30, hay que estar allí muy temprano, porque no conseguimos ver absolutamente nada. Una lástima.

Continuamos caminando hasta Westminster y de paso, como yo tenía el capricho, pasamos por Downing Street, ya que nos quedaba de paso. Me llevé un poco de decepción ya que me imaginaba que era una calle y una casa “normal y corriente” como sale en la tele… pero no es así. El número 10 es una de las puertas de un enorme edificio tipo ministerio…¡¡¡que chasco!!!

Después, cogimos el metro hasta Notting Hill Gate, ya que no nos apetecía ir el día de mercado que generalmente es los sábados ( quiero decir, a mi no me gustan, ni los mercadillos ni las aglomeraciones de gente), y como de lo que se trataba era de pasear por la zona y comernos un cupcake en Hummingbird Bakery, pues fue perfecto. Así que cogimos el metro hasta Notting Hill Gate y caminamos a lo largo de Portobello Road. Joana nos dejó a la hora de recoger a los niños en el cole, y nosotros nos quedamos en la zona. Disfrutando del ambiente, de las calles, de las tiendas, tomando un pinta de cerveza en un pub y haciendo un par de compritas. Yo de especies en la Spice Shop, de Blenheim Crescent y en el Books for Cooks que está justo en frente y Antonio en una tienda de vinilos de segunda mano que está al lado mismo. En esa misma calle, se encuentra el cartel de “The Travel Book Shop” de la película Notting Hill.

El viernes lo dedicamos a pasear por las tiendas de Oxford Street y por la noche nos quedamos callejeando por la zona de Leicester Square simplemente para ver el ambientazo de había, ya que era la premier Británica de la película Bruno, y aunque no estuvimos en primera fila conseguimos ver a Sacha Baron Cohen haciendo de las suyas!!!!

El sábado por la mañana, fuimos a Hyde Park. Hyde Park junto con Kensignton Gardens son dos de los principales parques de Londres, situados al este de Marble Arch y en principio eran el coto de caza del Henry VIII. Al norte del Serpentine , un lago artificial, se encuentra la fuente construida en memoria de la Princesa Diana. Para llegar a Hyde Park se puede hacer por varias de sus entradas, las paradas de metro correspondientes son Hyde Park, Knightsbridhe, Marble Arch. Nosotros cogimos el metro hasta Lancaster Gate, que es la entrada mas cercana a la estatura de Peter Pan, imprescindible para unos amantes de la historia como nosotros.

El lugar donde está colocada la estatua, tiene especial importancia, porque fue elegido por el autor de la obra JM Barrie. Es una preciosa estatua de bronce, en la que Peter Pan está de pie, tocando la flauta sobre el tronco de un árbol, rodeado de hadas ratones, conejitos, ardillas y por supuesto con Tinkerbell que le está vigilando. El propio autor quiso que la estatua apareciera por arte de magia, por lo que se colocó secretamente durante la noche el 1 de Mayo de 1912.

Continuará……..dentro de muy poco!!!