VIAJE A LONDRES (y II)

Proseguimos nuestra visita a Hyde Park. Bordeando el Serprentine cruzamos todo el parque y en apenas 1 hora llegamos al Speakers’ Corner. Un lugar famoso porque se permite a cualquiera decir lo que quiera y expresar sus ideas, cualesquiera que sean, siempre y cuando no se viole la ley.

Continuamos caminando por Knightsbridge hasta llegar a Harrods. A mediodía, Harrods parecía un mercadillo en el que regalaban las cosas, no se podía caminar apenas. Estábamos tan cansados que nos agobió mucho la gente y no nos apeteció estar demasiado tiempo. Compramos un par de souvenirs de rigor, pero si llego a saber que en el Gatwick Village del aeropuerto también hay una tienda Harrods, me hubiera ahorrado las colas y los empujones. También nos dimos unas vueltas por sus maravillosos Food Halls, que no tengo palabras para describir.

Por la tarde, nos cogimos un autobús desde Picadilly hasta Tower Hill, para cruzar el Tower Bridge y conseguir llegar al Borough Market. Desgraciadamente íbamos un poco justos de tiempo y se nos hizo un poco tarde por lo que no llegamos a tiempo de ver el mercado. El Tower Bridge es el puente mas famoso de Londres y une la Torre de Londres con el paseo marítimo de South Bank. Son famosas sus torres neogóticas con sus torrecillas de imitación medieval. El puente fue inaugurado en 1894 sus compuertas levadizas, accionadas hidráulicamente son la principal atracción.

El domingo tomamos el metro hasta Westminster para cruzar el puente del mismo nombre y caminar por el South Bank. Desde allí tuvimos una espectaculares vistas del Parlamento, Westminster Abbey y del Big Ben… que la verdad no es tan “Big” como parece. También allí mismo se encuentra el Westminster Millennium Pier, junto con el puente de Westminster en Victoria Embankment, es el punto de partida de los barcos turísticos que suben y bajan el Támesis

Nuestra intención era visitar el HMS Belfast. Creo que esta visita resulta muy interesante y entretenida incluso si no os gustan este tipo de cosas. Para mí era importante ya que mi padre era un estudioso de la II Guerra Mundial y crecí viendo películas de guerra y aún conservo cientos de sus libros. Para Antonio que estuvo en la Marina durante 3 años y que participó en la guerra del Golfo en la Fragata Numancia, cualquier visita a un barco de guerra es toda una experiencia. Incluso cuando estuvimos en Nueva York intentamos visitar un portaaviones que normalmente está atracado en Riverside, pero que desgraciadamente estaba siendo restaurado.

El HMS Belfast es un barco de guerra de la II Guerra Mundial, es el único ejemplo existente de los acorazados de guerra construidos para la Royal Navy en la primera mitad del Siglo XX. Este barco, botado en marzo de 1938, participó activamente en la II Guerra Mundial y su cometido fue vital en la batalla del Cabo Norte y en el desembarco de Normandía. Se pueden visitar nueve cubiertas, y es muy curioso ya que está perfectamente ambientado con modelos a tamaño real que representan a la tripulación en la cocina, economato, enfermería, cocina, panadería, camarotes, comedores, sala de comunicaciones etc. Incluso en cada estancia podemos percibir los olores. La visita es un poco agotadora, ya que es un constante subir y bajar de escaleras muy empinadas, aunque nada comparado lo cansado que debe ser cuando el barco está navegando..

Durante el paseo por el South Bank, también hay rincones preciosos como Gabriel’s Wharf que era originalmente un pequeño embarcadero y que desde el año 1988 se convirtió en un centro de reunión para trabajadores , estudiantes y residentes de la zona. Hay una gran variedad de restaurantes y cafeterías , algunas con vistas al río. También tiene una pequeña zona comercial con pequeñas tiendas en la que podemos todo tipo de productos artesanales realizados por los mismos comerciantes tales como, joyas, bisutería, ropa, pinturas y esculturas.

Pero antes de llegar al barco y durante el paseo por el South Bank se puede visitar el Museo de Florence Nightingale, Universo Dalí, la noria London Eye, Torre OXO, London Aquarium, Tate Gallery, Hayward Gallery, National Theatre e incluso por el camino nos encontramos con el teatro The Globe de Shakespeare. Obviamente no es el original, que fue destruido por un incendio en 1613, sino una fiel reconstrucción del teatro Isabelino donde Shakespeare estrenó la mayoría de sus obras y que se encuentra muy cerca del lugar original.

Por la tarde comimos en unos de los cientos de cafeterías de Covent Garden mientras contemplábamos el ambiente festivo y veraniego de la plaza. Aprovechando que era el día de la carrera de F1 en Silverstone, la escudería Toyota tenía un pequeño motor home en donde se podían ver y participar en los Pit Stop que resultó muy curioso!!!.

El lunes por la mañana quedamos de nuevo con Joana que nos iba a acompañar a Camden Town. Elegimos nuevamente ir un día en que no había mercado, pero no nos decepcionó en absoluto, al contrario, os animo a que lo visitéis, sin las aglomeraciones habituales de los fines de semana. Las tiendas abren igualmente y quizás lo que hay es menos puestos callejeros, pero hay un par de zonas donde los podemos encontrar. En la zona cubierta del mercado los puestos de comida que estaban abiertos, y pudimos apreciar los aromas de la comida, hindú, china, mexicana.

Esta zona también es conocida como Little Venice. Es el nombre de una especie de dársena triangular y parte del encuentro entre uno de los brazos del Grand Union Canal y el Regents Canal. De ahí salen varios canales que tienen una especie de presas, llamados locks.

A ambos lados de los canales hay amarradas pequeñas embarcaciones, decoradas y adornadas con vivos colores, que son viviendas flotantes. Algunas también se convierten en barcos-restaurante y otras ofrecen maravillosos paseos por la zona.

Un remanso de paz en el mismo centro de la ciudad. Yo en la vida hubiera sabido que existía esta maravilla en Londres, ya que nuestra guía no menciona nada en absoluto sobre esta zona. En las orillas del canal están flanqueadas por sauces llorones nos encontramos con impresionantes residencias e inaccesibles mansiones georgianas y sus maravillosos jardines se reflejan en sus aguas. Surcadas por las estas embarcaciones decoradas con vivos colores que hacen excursiones entre Little Venice y Camden Lock. Seguimos caminando hasta llegar al otro de los pulmones de la ciudad, el maravilloso Regents Park…….

Bueno y para terminar, un detalle gracioso que nos hizo llorar de risa casi todo el vuelo de regreso a casa. Habíamos llegado al aeropuerto con muchísimo tiempo de antelación. De hecho incluso tuvimos que esperar casi 1 hora para facturar. Después de toda la espera nos encontramos con que el avión tenía casi 90 minutos de retraso. Así que nos dio tiempo a comer, a comprar cientos de revistas, visitar todas las tiendas del Gatwick Village, acabar las últimas libras y a esperar. Mientras esperamos que saliera en las pantallas nuestra puerta de embarque, nos hicimos una apuesta: ¿A que la nuestra era la que estaba a 40 minutos caminando?. Efectivamente, cuando leímos que nos tocaba embarcar en una puerta tan lejana nos armamos de paciencia ya que las fuerzas empezaban a escasear. Al empezar a caminar, nos tenemos que hacer a un lado para dejar pasar a esos “buggys” que llevan a las personas que necesitan asistencia. Antonio, ni corto ni perezoso, se pone a hacer dedo al conductor diciendo “ Gate 94”, imaginando que simplemente nos iba a sonreír…… pues, no!!!! El hombre que ya llevaba una pareja de ancianitos, se paró y nos dijo que nos subiéramos porque él iba a esa puerta…. Nosotros le dijimos que solo estábamos bromeando y que no importaba, a lo que él insistió, se bajó y nos abrió la parte de detrás para que subiéramos . Muertos de risa nos plantamos en nuestra puerta de embarque en menos de 5 minutos y frescos como lechugas, en donde nos miró todo el pasaje que estaba esperando, y cuya media de edad no superaba los 22 años… Nos hizo sentir unos vejestorios…… Nos sentamos en un lugar apartado para reirnos a gusto, y cuando ya empezamos a superarlo, el personal de la puerta de embarque, nos viene a buscar para que seamos los primeros en embarcar ya que necesitábamos asistencia…..!!!! Buenísimo!!! Por supuesto no aceptamos y esperamos nuestro turno!!!

Este viaje ha sido, totalmente repetible, ya que nos han quedado cientos de cosa y lugares por ver…….seguro que volvemos antes de fin de año!!!!